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sábado, 11 de mayo de 2013

IÑAKI GARAY: "EN NUESTRA EPOCA ERA MAS DIFICIL ACCEDER AL PRIMER EQUIPO"

 






















IÑAKI GARAY. Integrante del Athletic en los años 70. Se vio perjudicado por problemas físicos a la hora de jugar... pero que le quiten lo bailado. Fue subcampeón de Copa, de La Uefa y tercero en Liga en la campaña 76-77. Y la impresión que nos quedó a la hora de realizar esta entrevista en La Plaza Nueva del Kasko Viejo de Bilbao, fue la de una buena persona, agradable... y majo como se dice en Euskadi. Con 61 años está en plena forma.


Comienzas a finales de los años 60 en el Bilbao Athletic Juvenil.
Empecé con los infantiles del Athletic cuando tenía 12 años, luego pasé al juvenil porque no había cadetes y la diferencia de cuerpos era abismal. Un niño de 16 años con otro de 18 ya formado se notaba mucho. Jugué un año y medio en el Bilbao Athletic y más tarde al primer equipo.


Y juegas en el San Mamés.
El San Mamés era un equipo del Athletic. Los jugadores que acabábamos de juvenil sino pasabas al filial ibas al San Mamés que estaba en Regional. Estuve una temporada. Tengo un grato recuerdo. Muchos compañeros llegaron a Primera División. Estaban Peio Aguirreoa, Martín, que estuvo en el Málaga y anotó un hat trick ante el Madrid... El San Mamés fue un buen vivero.


Ejercicio 72-73. Anotas 15 goles en el Bilbao Athletic entre liga y copa.
Marco 22 goles jugando de extremo derecho. Y cuando finaliza esa campaña subo al primer equipo con Pavic.


7 de abril de 1974. Debutas en un Athletic 2-Oviedo 0 en San Mamés.
Ya en pretemporada el míster contaba bastante conmigo. Era un chaval recién llegado. Teníamos un respeto impresionante por los más veteranos. Hoy en día eso ha cambiado mucho. En nuestra época, el técnico Pavic, cuando íbamos en el tren, en el coche cama a Madrid, a los chavales que estábamos convocados nos ponía encima de las ruedas. También teníamos que llevar el material, el equipaje, y los veteranos de todo eso nada. Era el míster quien nos decía ¡Tú a dormir encima de las ruedas, en tal habitación y luego hay que coger los equipajes y llevarlos al bus, al hotel y al campo! También cuando entrenábamos en Lezama, los más jóvenes teníamos que ir a buscar los balones que salían fuera del campo. Lo tiraba cualquier veterano y allí íbamos nosotros.
 

Entras en el minuto 58 por un histórico...
Salí sustituyendo a Txetxu Rojo que era el ídolo de la afición.Tengo un recuerdo fabuloso. Es algo imborrable.
 

Compartes vestuario con Iñaki Sáez, Larrauri, Zabalza... y por supuesto Iríbar, a los que veías de niño.
Ellos eran jugadores ya consagrados en el Athletic. Iríbar internacional, Larrauri con 34 años tenía un espíritu combativo impresionante y siempre nos apoyaban. En el vestuario del Athletic los más veteranos siempre han arropado a los más jóvenes porque ellos han vivido la misma experiencia.
 

En la campaña 74-75 eres cedido al Barakaldo. Decían que era una excelente escuela para curtirse.
El Barakaldo estaba en Segunda A y estaba atravesando unos momentos malos. Yo no estaba jugando mucho con Rafa Iriondo. Me comentaron la posibilidad de ir cedido. Fiché en marzo y jugué los últimos partidos. Del Barakaldo salieron buenos futbolistas que estuvieron cedidos por el Athletic. Dani, Manolo Sarabia, Oñaederra, Zuloaga... El míster Eusebio Ríos, que hace dos años nos dejó y del que tengo un recuerdo imborrable, era un hombre de mucho carácter y te lo inculcaba.
 
 
Regresas al Athletic y sólo disputas cuatro partidos. ¿La competencia era brutal o Rafa Iriondo no se fijó en tus condiciones?
Iriondo tenía mucha confianza en los veteranos. Los chavales teníamos que esperar alguna oportunidad que nos diese aunque en los entrenamientos siempre nos entregábamos a tope.
 
 
Curso 76-77. Subcampeones de Copa, Uefa y terceros en Liga ¿Qué sucedió realmente para no lograr al menos un título?
Creo que fue la temporada más regular y una de las mejores sin haber ganado un título en la historia del Athletic quedando terceros en Liga, subcampeones de Copa disputando la final ante el Betis que nos ganaron a penaltis y la final ante La Juve que por el gol average nos eliminaron. Fue un año sensacional. Jugué muchos partidos. Sin embargo, tuve la mala suerte que en abril me rompí los dos maleolos del tobillo de la pierna derecha. En la final ante el Betis estaba lesionado y la estuve viendo con la escayola. Fue muy emotiva, muy intensa, muy bonita... teniendo la mala fortuna de perder.
 

Y en Europa participas en siete encuentros (las eliminatorias ante el Uspet Dosza, el Basilea y el Racing White y frente al Milán en La Catedral).
Son partidos que se te quedan grabados. Ganabas mucho prestigio tanto individual como colectivo. El Athletic hizo historia con unos resultados favorables. Recuerdo la eliminatoria ante el Milán. En San Mamés ganamos 3-0, fue un partido sensacional. En Italia íbamos perdiendo 4-0 y faltando un minuto para acabar, Fabio Capello hizo penalti sobre Txetxu Rojo. Lo tiró Iñaki Madariaga y aquello fue apoteósico. Además, vino el embajador español a felicitarnos al vestuario. Estuvimos celebrando el pase a la siguiente ronda y cuando salimos teníamos que cruzar una pasarela de unos 200 metros para coger el bus. Estaba todo rodeado de policías con caballos porque habían muchos hinchas del Milán. Entramos al bus con la equipación del Athletic, con la gabardina que llevábamos todos y el autobús tenía los cristales rotos. Estábamos junto al embajado tirados dentro del bus. Parecía que no había nadie, pero ahí estábamos 40 personas, tirados todos en el suelo porque la cantidad de piedras que habían roto los cristales era impresionante.
 

Y en 1978 abandonas el Athletic con 26 años ¿dejas Bilbao con la sensación de que si te llegan a conceder confianza hubieses ofrecido mucho mas rendimiento o aquello era un imposible por la calidad que habitaba en la plantilla?
Había mucha calidad. Sin embargo, la lesión me perjudicó. En aquella época los médicos si veían que tenías el tobillo roto te ponían una escayola. No se tenía los medios que hay en la actualidad. Posiblemente tuve ligamentos, hasta el astrágalo roto y con la escayola se intentaba curar todo. Me costó mucho recuperar de esa lesión. Fui traspasado al Almería. Fue un buen dinero lo que recibió el Athletic, cinco millones de pesetas. Maguregui me quiso llevar y allí estuve muy feliz y muy a gusto.
 

¿La presencia de Maguregui supone un papel fundamental a la hora del fichaje?
Maguregui había ascendido al Celta a Primera División y quería llevarme al Celta. No llegó a un acuerdo económico. Yo lo tenía prácticamente hecho con el equipo gallego por medio de Maguregui, pero al final me propuso ir al Almería, que había ascendido a Segunda A y él tuvo la valentía de ir a Andalucía y yo tenía gran confianza en Maguregui. Nos fuimos juntos.
 

Bonitos comienzos, pero...
Los comienzos fueron muy positivos. Ascendimos a Primera quedando primeros. El Estadio Franco Navarro siempre estaba lleno. Aquello era un hervidero humano. Almería es mi segunda casa. Yo había firmado tres temporadas. Maguregui se marchó al Español. Llegó Arsenio Iglesias y tuvimos un inicio malo. Nos tocó en casa el Real Madrid en el primer partido de liga, perdimos 1-2, luego fuimos a Barcelona, nos vino el Sevilla y ya tuvimos problemas. En navidades cesaron al míster.
 

El 30 de abril de 1979 Garay y Murúa, con el gatillo preparado, nos estaban preparando en la bajadita eh... jajaja.
Ganamos 4-2 . Murúa metió dos goles. Hicimos un gran encuentro. Lo disfrutamos mucho. El Athletic se quedó en Almería y tras el partido fui con mis excompañeros a dar una vuelta y lo pasamos muy bien. Nos tomamos un refresco tranquilos al lado del hotel.
 

¿Qué representa el retorno a San Mamés en la jornada 31?
(En la respuesta a Iñaki Garay le brillan los ojos) Te encuentras muy raro, muy raro... viendo que tu podías estar en el otro equipo y te encuentras con otra camiseta. El ambiente de San Mamés siempre es de ánimo hacia el Athletic. Es una vivencia en la que disfrutas, pero te da cierta lástima no estar allí. Tienes que cambiar el chip porque estás defendiendo otros colores en lo que te tienes que involucrar. Ves que tienes que olvidar un poquito los sentimientos y a sacar un resultado positivo.
 
 
Y tras pasar por Jaén y Andorra pasas unos años en el Linense.
En La Línea de La Concepción me trataron, me cuidaron... era como un hijo, un linense más, les tengo mucho cariño. Siempre me preocupo tanto política, social y deportivamente por ellos. Están atravesando una crisis muy, muy fuerte, y te hace sentir que algo tiene que cambiar.
 
 
En la actualidad trabajas en el filial rojiblanco ¿cómo llegas a Lezama?
El Athletic me viene a buscar hace seis años. El difunto Javi Escalza, gran amigo y compañero mío, y yo, tuvimos una escuela de fútbol durante diez años. Recibo una llamada de Txema Noriega, que era el director deportivo de Lezama, diciéndome si quiero entrar en el club. Yo siempre he estado abierto para el Athletic, muy agradecido de que me ofreciesen un puesto de trabajo.
 

Un Bilbao Athletic que luchará por el regreso a Segunda A ¿Tenemos mimbres para alcanzar el objetivo?
Nuestra obligación es sacar futbolista para el primer equipo. Y nuestra ilusión es jugar la promoción de ascenso e intentar hacerlo lo mejor posible, aunque es muy difícil porque hay rivales de capital muy hechos, con jugadores que tienen 28 o 30 años, que han estado en categorías superiores. Al ver que su vida deportiva se va acabando pues se agarran como un clavo. Lo digo por propia experiencia. Yo estuve en La Balompédica Linense con 33 y 34 años y es el momento en el que te aferras con más ganas para seguir en el fútbol.


¿Está ilusionado el Cuco Ziganda?
Ziganda es una persona sensacional que ha hecho un grupo humano impresionante. La temporada pasada ya lo hizo. En esta campaña ya conoce toda Lezama y lo está haciendo maravilloso. Este trabajo se está viendo que está repercutiendo y esperemos que tengamos jugadores que den el salto a Primera División.


¿En tu época costaba más acceder al primer equipo que en el momento presente?
Sí, sí... Antes era más difícil. Tenías que destacar muchísimo. Concretamente yo para pasar al Athletic tuve que anotar 22 goles en el filial. Eso hoy en día son cifras muy difíciles de poder hacer. El fútbol ha cambiado. Cuando yo jugaba de extremo derecho en el Bilbao Athletic no pisaba de mediocampo hacia abajo, no defendía. Los puntas tratábamos de estar frescos para intentar meter goles. En la actualidad, un punta igual tiene que estar de lateral derecho cuando ataca el rival y cuando llegas arriba estás un poco más asfixiado.


¿El Athletic se salvará o vamos a sufrir?
El Athletic está en una situación un poco incómoda, pero no tiene peligro. Está en una situación que no corresponde al juego que está desarrollando. No tendrá ningún tipo de problema.


Y una anécdota con mucho cariño. Me dice un ex compañero  "Llama Furia a Garay".
Es un apodo que pusieron cuando estaba en el Athletic. Yo era un chaval que tenía ilusión, me veían fogoso, que me entregaba en los entrenamientos. Por este motivo me pusieron el apodo de Furia. Creo que fue Andoni Goikoetxea el que me lo puso. Va un poco con su carácter.

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