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lunes, 2 de diciembre de 2013

¡¡¡ESKERRIK ASKO ATHLETIC POR SER COMO ERES!!!



Lo reconozco. Hoy lunes no puedo escribir. No puedo articular palabra. Llevo ya ochenta intentos de inicio de este artículo y espero que sea el último porque debemos estar al pie del cañón. El triunfo del Athletic me ha dejado con un nudo de felicidad en la garganta difícil de explicar. Estoy disfrutando de lo lindo. Estoy en una nube... y enlazar unas palabras me cuesta un riñón y parte del otro. Trago nudos de la emoción que me embarga. ¡¡¡El Athletic es grande coño. Mejor dicho, el Athletic es lo más grande que hay en el mundo!!!

Ayer vi la primera parte ante el Barca en un bar en mi pueblo, el Puerto de la Cruz, donde estaba en primera fila y tranquilo, pero intuía que me faltaba "algo". Por eso, decidí cambiar en el descanso. Fui a casa de mi amigo Mel y acerté de pleno. Estaba lleno hasta la bandera... y lo mejor, se respiraba Euskadi por casi todos sus poros. Mínimo había veinte o treinta paisanos. A los pocos segundos de estar allí me di cuenta. Los escuchaba hablar y "los calé". Me emocioné mucho. Y es que siempre que escucho hablar a un euskaldun me pongo muy sensible. Por lo tanto, estaba en casa. Jugaba en San Mamés en pleno Puerto de la Cruz.

Y creo que todos estábamos esperando nuestro gran momento. Soñábamos con el triunfo. Nuestro corazón nos transmitía que podíamos conseguir el objetivo. Y afortunadamente llegamos a buen puerto. Anotó Muniain y gritamos todos como posesos. Me conmovió que una paisana de unos 60 o 65 años estuviera enormemente preocupada por la autoría del gol rojiblanco. "¡¡¡¿Quién fue?, ¿Quién fue?...!!! Le dije que Toquero. Lógicamente, estaba en una auténtica nube y con los nervios a flor de piel que me estaba equivocando. Veía la repetición una y otra vez y le decía Toquero. Pasado unos minutos rectifiqué. "Doña, fue Muniain".

Y a partir de ahí me temblaba todo el cuerpo. Los minutos no pasaban y no sabía donde meterme. Pensé en irme porque me estaba poniendo muy nervioso, pero no, había que aguantar a costa de lo que sea. Si me daba un yu-yu moriría superfeliz. No importaba absolutamente nada, sólo el Athletic. Y lógicamente, mi aita estaba presente en todo momento. Me entristecía mucho no poder compartir con él ese momento. Sin embargo, sé perfectamente que estaba disfrutando con los leones.

Y llegó el final. Pegué un grito y un salto de aúpa. Y salí raudo y veloz porque quería llegar a casa para dar un achuchón y un besazo a mi mujer y a mi hija. El dueño del bar, mi amigo Mel, me dijo esta mañana que estaba en la terraza, me llamó y que no me enteré. Dice que levanté los puños en señal de victoria y grité Athletic, pero que no le hice caso. Que me perdone. Totalmente cierto. Ni lo escuché. Iba feliz, feliz, feliz, feliz... infinitamente feliz. Con unas sensaciones que no se pagan ni con todo el oro del mundo.

 
¡¡¡Eskerrik asko Athletic por ser como eres. Fiel a tus principios. Nunca cambies porque te amo con todo mi corazón!!!
 
P.D: Ayer domingo sobre la una de la tarde viví una situación muy emocionante. Encontré a mi amiga Mercedes, buena mujer y esposa de Pepe Lechado q.e.p.d , gran aficionado al Athletic y mejor persona que tristemente ya no está entre nosotros, y me dijo: "¿Esta tarde ganamos no Iñaki?". Y yo le respondí: "¡¡¡Ojalá, Ojalá... Mercedes!!!". Seguramente, la madre de mis amigos Magüi, Gilberto y Fernando, lo habrá disfrutado de lo lindo acordándose de su marido que allá donde esté se lo estará pasando en grande con su Athletic.
 

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