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domingo, 16 de febrero de 2014

NO PERDIMOS NI POR LA BAJA DE ITURRASPE NI POR EL ARBITRO



Tengo un cabreo monumental. Esta derrota ha dolido... y ha dolido mucho. Sabíamos que la empresa presentaba una enorme dificultad porque el Espanyol no es una perita en dulce y suele hacer buenos partidos en La Catedral, pero en el fondo pensábamos que la victoria se quedaría en Bilbao. Sin embargo, el gozo quedó en un pozo.
 
Y respetando todas las opiniones, me parece muy pobre detenerse en la baja de Iturraspe y en la actuación del colegiado para tapar la primera derrota liguera en el Nuevo San Mamés. Nadie es imprescindible si no hacemos el indio. Y sobre el trencilla, creo que nosotros mismos nos fuimos desquiciando observando cómo el rival nos superaba y lo más fácil fue excudarse en un señor que cometió fallos, pero que no influyó en la derrota.
 
Es intolerable la forma en que saltó al campo el Athletic. Mostró una falta de intensidad total. Los jugadores estaban nerviosos y no fueron capaces de enlazar dos pases seguidos porque el Espanyol se adelantaba a todas. Ellos tenían claro cuál era su papel. En cambio, nosotros incomprensiblemente estábamos más perdido que un pulpo en un garaje. Me enteré que San José estaba jugando... en la segunda parte. Y no me cuenten historietas de que no es su puesto. ¡¡¡Hay que sacar la casta y el orgullo coño ya sea de lateral, de central, de delantero... o de organizador!!!
 
Luego, resulta inadmisible y bochornoso la forma de encajar los dos goles pericos. En el primero, Sergio García gana la espalda a nuestra defensa como si fuéramos alevines, le dejamos entrar como Pedro por su casa... y bate a Iraizoz. Y en el segundo, es una vergüenza, repito UNA AUTENTICA VERGÜENZA, la cagada que cometió San José. Llega el balón al borde del área pequeña y nuestro futbolista se queda mirando al oponente en lugar de enzimarlo para impedir su remate. Me puso de los nervios esa acción porque no logro entender esos fallos por mucho que estén días y días explicándome que pueden suceder. A la hora de defender hay que pegarse al rival como una auténtica lapa porque nos superan con una facilidad pasmosa.
 
En lo referente a Aduriz debemos ser serios y reconocer que si no le salen las cosas desde un principio, se desquicia y empieza a protestar y a reclamar cosas que no tienen sentido. Y claro, el colegiado le toma la matrícula y va a por él, aunque debemos reconocer que su expulsión ante el Espanyol fue justa.
 
En fin, no se acaba el mundo con esta derrota. Seguimos en una posición privilegiada, pero no podemos fallar en Heliópolis. Y repito, la derrota ante los periquitos tuvo dos motivos: la falta de intensidad desde que pitó el árbitro y dos errores gravísimos en defensa.

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